sábado, 24 de julio de 2010

EPÓNIMO SOBRE EL BICENTENARIO DE LA GESTA EMANCIPADORA 1810-2010

DISCURSO SOBRE EL EPÓNIMO BICENTENARIO DE LA GESTA EMANCIPADORA 1810-2010

Concebir las palabras para éste discurso, resultó seriamente comprometedor, pero a su vez, regocijó mi espíritu de un ánimo exultante, logrando insuflar las musas de mi prosa.

En otrora, los acontecimientos, del 19 de abril de 1810, hicieron entronizar un personaje muy particular, un ínclito de la historiografía venezolana, El Padre José Madariaga, que con tesón, ahínco, perseverancia y fervor popular, logró con la anuencia de su pueblo establecer un ícono, cuyo principio reposaba sobre la madurez de las concepciones de libertad e independencia, logrando el posterior nacimiento de Venezuela, ese magnífico 5 de julio de 1811, refrendando el acta de la independencia.

La génesis ideológica de aquel 19 de abril, respalda la partida de nacimiento de Venezuela, nuestra querida Patria, que decidió cortar el cordón umbilical con su madre (España); considerando que estaba suficientemente madura para proseguir con su vida política, y otros gobernantes; sin embargo, es preciso recordar, que el nacimiento de Venezuela, se logra sustentada en tres elementos étnico-raciales, el indio, el blanco y el negro, tríada étnica que exigen hoy día aún mayor madurez, y trato ciudadano, eliminando los indicios del racismo y el resentimiento, porque somos un collage, somos mestizaje, y esa es la razón fundamental para entender que entre los venezolanos no debe existir divisiones, ni debemos admitir manipulaciones, que propendan luchas absurdas de clases, que de manera silente van carcomiendo el tejido social de nuestra Patria, desestabilizando nuestras familias y generando un desasosiego enfermo y amargo; sin cabida a la sindéresis, beneficiando únicamente a un sector muy restringido de la población, aquellos, quienes detentan el poder político y económico de Venezuela; pero es hora que esa cíclica situación, desaparezca inexorablemente de nuestra dinámica social. Y eso sólo se logra rompiendo las cadenas de la ignorancia y el conformismo, esos ingredientes que nos confinan a la dependencia, al paternalismo, a la creencia incierta, o a la fe puesta, en personeros que no garantizan plenamente la consecución de esas herramientas de gobernabilidad, para así lograr la suma de felicidad que alcance a todos sus ciudadanos y de la que tanto y tanto se habla, y que nunca logramos alcanzar.

Aún estamos gestando la Independencia, y eso sólo se logra desde un una razón individual, que logre inundar la voluntad colectiva, para dar pasos agigantados y para encontrar los derroteros de la felicidad que tanto estamos buscando y nos merecemos como ciudadanos venezolanos, sin distingo alguno.

Son ustedes, jóvenes graduandos, futuros bachilleres de la República con éste solemne acto, quienes deben encarnar la figura y el patriotismo heroico del PADRE JOSÉ MADARIAGA, quien en ese prodigioso 19 de abril de 1810, sugiere la destitución inmediata del ambicioso y equivocado Capitán General Vicente de Emparan. ¿Cuántos y Cuántos José de Madariaga necesitamos?, probablemente muchos, que con el mismo sentido patriótico del padre Madariaga, quizá, muchos de ustedes allí sentados, tan sólo esperan el momento oportuno que la rueda de la vida les pueda brindar. Son ustedes, pues, los llamados a romper las cadenas de la ignorancia, de la sevicia, los alienamientos y la disuasión retrógrada de ideologías políticas ya fracturadas encarnadas en un Vicente de Emparan. Son ustedes, futuros bachilleres, quienes deben hacer vibrar las fibras literales del espíritu del Padre José Madariaga, introduciendo una nueva antropología política desde el protagonismo de sus vidas en el quehacer consuetudinario, que generen las garantías efectivas de una gobernabilidad que aún estamos esperando y tanto necesitamos los ciudadanos, de la Venezuela de hoy.

La Victoria de la emancipación por la libertad, todavía no la hemos alcanzado, seguimos siendo esclavos de modelos y sectores del poder; sólo el conocimiento los hará libres, la MORAL Y LAS LUCES los enaltecerán, y sólo la pluma que dibuja las letras de la libertad, en pensamientos y hechos, lograrán imprimir un acta inédita que refleje y refrende nuestra regeneración política.

No me queda más que decirles, que el deber es el hacer, trabajar a brazo partido, sin descanso para lograrlo y poder ser merecedores de las Victorias que como las de hoy ustedes han alcanzado. ¡GRADUANDOS! MIL FELICITACIONES, ÉSTE PAÍS Y EL CORAZÓN DE ÉSTE HUMILDE SERVIDOR ES Y SERÁ POR SIEMPRE DE TODOS USTEDES.

GRACIAS.